SEROS RECOMIENDA NO ABUSAR DE LOS JABONES ANTIBACTERIANOS QUE CONTIENEN TRICLOSÁN Y TRICLOCARBÁN
Estudios recientes alertan de que un uso excesivo podría tener efectos negativos sobre nuestra salud
En la temporada de otoño -en la que aparecen de forma remitente los procesos gripales- volveremos a utilizar los jabones antibacterianos más de lo habitual. Los jabones antibacterianos se consideran productos que nos evitan posibles problemas de salud porque eliminan las bacterias. Sin embargo, Seros recomienda no abusar de ellos, ya que estudios recientes alertan de que un uso excesivo podría tener efectos negativos sobre nuestro cuerpo. Es uno de nuestros consejos de limpieza e higiene.
De hecho, muchas sustancias antibacterianas inciden directamente sobre el medio ambiente. Los sistemas de tratamiento de aguas residuales no siempre son capaces de romper los antimicrobianos con eficacia y, a su vez, tienen un efecto tóxico sobre los organismos acuáticos.
En los últimos años, se ha estudiado a fondo el Triclosán y el Triclocarbán, dos sustancias que se presentan habitualmente en jabones antibacterianos. Triclosán y Triclocarbán son ambos antimicrobianos, es decir, matan o inhiben el crecimiento de microorganismos. Estudios recientes acerca de sus efectos nos proporcionan pistas muy útiles en cuanto al uso de jabones antibacterianos. Muestran cómo para una persona normal no existe beneficio adicional alguno en el caso de que use un jabón Triclosán en lugar de un jabón común.
Las principales razones son fundamentalmente dos:
- La concentración de Triclosán debería de ser mayor de un 1% para reducir significativamente las bacterias. Sin embargo, la mayoría de los jabones antibacterianos comerciales tienen una concentración de Triclosán del 0,1%-0,45%. Esto es claramente insuficiente.
- El proceso de lavado de manos debe durar, al menos, 30 segundos, mientras que el tiempo promedio de lavado de manos rara vez los alcanza.
¿Cómo lavarse las manos? Consejos de limpieza Seros
Primera opción: el jabón y el agua eliminan la suciedad y los microorganismos de la flora transitoria. Su acción es mecánica o de arrastre, carece de actividad bactericida. Por eso, mantiene intacta la flora residente. Las toallitas húmedas se pueden utilizar, pero no son tan eficaces como el jabón y el agua.
Cuando sea requerido, el alcohol con isopropanol es un producto ideal para personas que necesitan lavarse las manos 20 o 30 veces al día, como personal sanitario o profesores de guardería. Usado de forma correcta, un desinfectante con alcohol elimina gérmenes y virus y no tiene ningún impacto significativo en la flora normal, si se utiliza sólo en ciertas ocasiones, de forma controlada.
En el 1% de las ocasiones: antimicrobianos sin alcohol para situaciones muy específicas, por ejemplo para la desinfección de la piel del paciente durante el procedimiento quirúrgico o para eliminar las bacterias en la preparación de alimentos para enfermos. Estos productos no se deben utilizar en exceso –por ejemplo, en lugar de jabones de manos normales- , ya que pueden ser perjudiciales para la flora residente.