La imagen de una oficina es fundamental, marca una diferencia ante los clientes. La limpieza de la misma y la buena imagen empieza desde el exterior. Unos cristales limpios ofrecen una sensación de higiene, serenidad y seriedad. En Seros nos ocupamos de múltiples servicios de limpieza y algo en lo que destacamos es en que sus cristales estén siempre relucientes.
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Limpiar cristales en una oficina
La tarea de limpiar cristales no es nada fácil. Por eso es primordial contar con unos verdaderos profesionales de la limpieza de oficinas. Especialmente, si es necesario realizar trabajos en altura, realizar una tarea sin experiencia alguna puede ser una auténtica locura que puede acabar en tragedia.
Técnicas de limpieza
Las técnicas de limpieza son muy diversas, todo ello depende de la cantidad de suciedad con la que hay que lidiar y la forma de los cristales. Los diversos procedimientos usados son:
Limpieza de cristales de grandes dimensiones. En el caso de que haya que limpiar grandes dimensiones, en primer lugar hay que humedecer con el cepillo lavavidrios. Se debe mojar y restregar toda la superficie del cristal, insistiendo en las esquinas para que queden bien limpias de polvo, y en el resto del cristal. Se debe empezar desde la superior del cristal y en zig-zag (de lado a lado) ir bajando hasta la parte inferior, sin dejar ninguna superficie sin enjabonar.
Cuando el cristal se encuentra muy alto, se debe usar un tubo telescópico. Si hay que usar una escalera se debe fijar bien en una zona estable que permita enjabonar el cristal, aunque mejor optar por el tubo telescópico. Después de enjabonar bien toda la superficie del cristal, se debe usar la rasqueta limpiacristales para ir retirando el agua y secando el cristal.
- Primera técnica de limpieza de cristales. Colocar la rasqueta en el extremo superior izquierdo del cristal, en posición horizontal y sin apretar mucho bajarla hasta la parte inferior del cristal de forma recta (se puede inclinar ligeramente a la derecha para drenar el agua). Luego se vuelve hacía arriba y se coloca la rasqueta en en horizontal un poco desplazada a la derecha de la zona anterior y repetir la acción. El cristal se divide en columnas, se va pasando la rasqueta, hasta cubrir toda la superficie.
- Segunda técnica de limpieza de cristales. Con la rasqueta en el extremo superior izquierdo del cristal de manera vertical e ir de derecha a izquierda y de izquierda a derecha de forma continua, sin pararse hasta cubrir todo el cristal. El cristal queda dividido en filas y se va limpiando progresivamente cada una de estas.
Para recurrir a la rasqueta, se puede llevar a cabo de dos formas:
- Realizar pequeños golpes apartados del cristal que estamos limpiando para evitar mojarlo con gotas.
- Con un papel absorbente de bobina, secando el filo de la rasqueta.
Para finalizar pasaremos con un pedazo de papel absorbente todos los cantos y bordes del cristal, para que queden bien secos y evitar gotas que pueden caer y ensuciar de nuevo la superficie.
En la mayoría de los casos dejan reflejos en el cristal que se produce por restos de agua o jabón que se pueden quitar con un pedazo de papel absorbente.
La técnica se debe aplicar a pequeñas zonas, porque si se realiza en grandes superficies se notará en exceso el uso del papel y no dará una apariencia de limpieza y de calidad en el trabajo realizado.
Si los cristales presentan grafitis, elementos pegados, rayaduras, etc. En este caso es muy importante no provocar más daños al cristal. Por eso hay que realizar tratamientos especiales:
- Si hay grafitis, hay que usar disolvente a través de un papel absorbente o bayeta, usando guantes para su aplicación.
- En caso de pegatinas u otros adhesivos, hay que usar humedecedor de manera intensa el objeto pegado y con una cuchilla rascacristales eliminar los restos completamente.
Limpieza de cristales interiores de tamaño medio o pequeño. A pesar del tamaño suele ser una tarea complicada, pues siempre hay opción de que queden marcas, vetas y huellas. Además, hay que limpiar todos los componentes: ventanas, persianas y marcos. El orden que hay que seguir es : limpiar la persiana primero, luego el marco y por último los cristales. Si se limpian primero los cristales, al limpiar el resto de componentes nuevamente se volverá a ensuciar.
Si limpiamos primero los cristales, al limpiar lo demás los ensuciamos nuevamente y nuestro trabajo no será eficiente.